Este relato está inspirado en el
cortometraje Contigo en la distancia
en el que una carta por tener exceso de pegamento en el sobre se queda atrapada
en el buzón de correos sin poder llegar a su destinataria hasta 35 años
después. Disfrutar su lectura.
“Querido,
Los días han pasado, lentos pero seguros.
Y con ellos se va mi vida corriendo, esa que un día se me escapaba de las manos
de tanto retenerla. Y tú al lado de ella.
Recuerdo como si fuera ayer el
primer día que te vi. Mi corazón latía a mil por hora con cada segundo de
conversación. Y de cuando en cuando aprovechaba para grabar en mi memoria tus
líneas de expresión, esas que con el tiempo mis dedos se darían el lujo de
acariciar y recorrer.
Y qué te puedo decir de los
besos, los robados y los correspondidos. Esos, que hoy mi boca aún ansía retener
para guardarlos en el fondo de mi alma. A tus besos, los declaro patrimonio de
mi humanidad.
Mi buen amor y los delirios? Nuestros sentidos se encontraron para unirse en un solo ser. Entre olores de vainilla
y té. En la pequeña habitación de un palacio perdido, sin ruido en la lejanía.
Tan sólo el sonido latente de nuestras respiraciones agitadas cuando juntos,
llegamos al cielo y tocamos las nubes. Esas, que luego se nos escaparían de las
manos.
Y después de tanto vivir y
sentir, hoy debo despedirte, no sin antes decirte que mis ojos aún continúan
goteando la lluvia fresca de la mañana, que mi boca aún se entreabre de asombro
cuando pronuncio tu nombre en mi existir. Que las sábanas se enredan
advenedizas entre mis piernas cuando el insomnio no se quiere marchar. Que me
conformo con una caricia imaginaria en el cuello, esa caricia, que hoy una mano
pequeñita se esfuerza en acabar.
Hoy no quiero adioses compungidos,
ni reclamaciones arduas, ni matices veloces de opiniones olvidadas. Hoy, tan
sólo quiero un corazón latente, acompasado, que me llegue a lo hondo y que
quiera latir junto al mío.
Y si la reencarnación existe, ten
por seguro que nos volveremos a encontrar. Podrán pasar los años, incluso las
décadas, incluso resurgir un nuevo mundo o simplemente dejar que las ardillas “hibernen”
acurrucadas sin piedad.
Ten por seguro, que, en la
distancia, nos volveremos a encontrar…”
No hay comentarios:
Publicar un comentario