martes, 24 de junio de 2014

El alma errante

Muchas veces creemos que lo sabemos todo, muchas veces nos imaginamos un mundo de color de rosa, para tarde o temprano caer en una triste realidad... que el rosa como tal no existe, pero pueden existir diferentes tonos de lila, rosa palo o rojo pasión inclusive; pero siempre será el mundo que queramos que sea...  Esta historia comienza así:

"Dicen los autores que una vez existió un hombre sin rostro, un hombre errante que para su época no era caballero ni mucho menos la copia del Cid Campeador, era sólo un hombre que ni siquiera sabía lo que buscaba.  Un hombre que durante toda su vida había creído que las cosas caían por su propio peso, que la gente giraba a su alrededor, que la soledad era su aliada, que las mentes brillantes sólo corresponden a los hombres de su época y que por lo tanto el sentimiento impronunciable sólo obedece a los hombres débiles...

Un día en el que el sol quemaba la piel, las gaviotas se daban un festín con la comida que la gente había arrojado, los peces deambulaban sin parar debajo del muelle, un día agotador para el hombre que trabajaba de sol a sol, desde el amanecer hasta el atardecer, siempre trabajando sin parar... siempre ocupando su mente para no pensar.

Acababa de limpiar el barco cuando divisó en el horizonte un bulto en el mar, en un primer momento pensó que era un trozo de ropa que alguien había tirado y luego pensó que era un animal marino... pero cuando sus ojos pudieron ver con claridad de qué se trataba se dio cuenta que no podía ser otra cosa que.... ella.

Se acercó vacilante hacia donde se encontraba y dudó si acercarse o no, no quería problemas, pero no pudo evitar pisar las ropas cuando estuvo al borde del muelle.  No pudo evitar pensar:  <Sea lo que sea que es, está como una cabra>.

Ella ya lo había divisado desde hacía rato, no pudo evitar admirarlo mientras limpiaba las paredes del barco, pero el baño que se estaba dando no se lo quitaría ni Dios.  Comenzó a acercarse a regañadientes a la escalinata del muelle mascullando para sí: <Para un día que hace calor tener que interrumpir mi baño por este....>

- Perdone, pero no sé si sabe que está prohibido bañarse en el muelle.  Podría ser detenida si alguien llamase a la guardia.

- Y quién lo va a hacer, usted?

El hombre puso los ojos como platos, nadie en su vida le había hablado con tanta altanería... <que me aspen si....> Pensó.

- Podría muy bien hacerlo... pero no lo voy a hacer, usted es lo suficientemente mayor como para hacerse responsable de sus actos.

La mujer lo miró con furia, sus ojos centelleaban y si éstos fulminaran el hombre ya estaría calcinado.

- Oh, es verdad podría salir sino fuera porque su pie está sobre mi ropa, se ha tomado la medicación hoy?

El hombre irrumpió en carcajadas sonoras, tanto que la mujer se asustó pero aún así pudo disimularlo muy bien y simplemente sonrió.

- Sí, es verdad estoy sobre sus... ropas.  Levantándolas y examinándolas detenidamente, se las ofreció.

Ella le hizo ademán de girarse y así pudo salir del agua, cogió la toalla cogió las ropas y comenzó a vestirse, sin saber que el hombre la miraba de reojo, sin saber que se deleitaba con su cuerpo, sin saber que admiraba desde la punta de su cabeza hasta la punta de sus pies, sin saber que no podía dejar de abrir la boca por lo que veía y sobretodo sin saber que ella ya tenía dueño.

Y sin saber que el mundo de él se estaba tornando de color de rosa...

viernes, 6 de junio de 2014

Carencia

Todo ser humano nace con una mitad que debe ser completada, una especie de carencia que a lo largo de su vida busca y busca hasta encontrar. Se siente realizado y exaltado. Se siente equilibrado y grato. Siente que su yo verdadero tiene otro yo. Siente que su carencia ya no es más su carencia.  Se siente vivo...

Siempre he creído que el amor no es un sentimiento... sino una esencia que perdura, que no se evapora, que se siente, que te hace feliz.  El amor es como el azúcar que se derrite en tus labios y su sabor se alarga, que te hace agua a la boca cuando devoras un dulce, como un suspiro por la mañana, como una brisa que te acompaña...

Cuando caminaba por la playa y te vi por primera vez lo supe... eras tu.  Llamadme tonta o soñadora, pero estoy segura que tengo razón, porque la razón deja de ser razón para convertirse en sinrazón, donde no manda tu cabeza sino manda el corazón....

Y lo confirmé cuando al cabo de días de hablar sin parar, de reírnos por todo, se ser uno, de desfallecer uno junto al otro, me susurraste al oído:  "Me encantas porque eres tal como eres y porque me haces estar bien conmigo mismo".

Y a continuación me demostraste que el paraíso existe, que las pasiones se funden en uno sólo, que las caricias se conjugan en mi piel, que tus manos albergan mi ser, que tu cuerpo da su todo y disfruta con mi disfrute, que tu boca respira de la mía, que tu temblor es mi gemido. Cuando te demoras en contar mis piernas para ver si tengo dos, cuando tus manos realizan un trazado sobre mis pechos.  Pero por sobre todo me demostraste que nuestro mundo es de los dos.

Y tiempo después cuando dormíamos abrazados después de hablar largo y tendido sobre nuestros secretos, comenzaste a acariciar mi piel, dejando huellas indelebles en mi cuello, llenando de besos mi alma dijiste:  "Hay una cosa que quiero decirte", te miré y me perdí en tu mirada, esa mirada que penetra mi alma y la haces tuya, esa mirada que me conoce, que me hace sentir eterna, esa mirada que no descansa ni se sacia de mi.  Te dije "Dime", sabiendo que todo cambiaría entre nosotros, sabiendo que nuestro universo se exaltaría, sabiendo que lo dabas todo de ti.  Tu dijiste:  "Sé que muy pocas veces te digo que me gustas, pero es porque soy muy hombre y no te las digo como debería, pero ahora quiero decirte que he encontrado lo que me faltaba, mi carencia olvidada y esa persona eres tu... Te amo tanto que moriría por ti".

Y finalmente no soy tonta como creía y tampoco perdemos nada por soñar, despiertas pero soñar al fin y al cabo porque lo dicho "donde no manda la cabeza manda el corazón".

Cada uno debería buscar llenar su carencia.... O al menos intentarlo...

lunes, 2 de junio de 2014

Latente...

Si he de morir quiero que sea en tus brazos
No quiero otro lugar porque
He de confesarte que
No existe otro lugar donde
Me halle en tu existir
Latente...

Si la vida he de vivir quiero que sea a tu lado
Porque es con ella con quiere estar
Mi alma sosegada y tranquila
Es con ella con quien quiere yacer
Es con ella con quien quiere anidar
Latente...

Y si he de elegir quiero que seas tú
El que me de la felicidad
El que me acune en brazos
Y que no me suelte jamás
Y si he de agarrarme que sea a ti
Latente...

Sólo te pido una oportunidad
En la que me dejes quererte
En la que me dejes amarte
Sólo existe una vez
En la que pueda vivir
De tu plenitud
Latente...

Y si el destino te quiere llevar
Que sea a mi primero
Porque quiero que vivas
Pensando que algún día
Nos volveremos a encontrar
Tu cerca de mí
Tan latente...